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viernes, 28 de febrero de 2014

Un naufrago, un tío perdido y la mina del lápiz

XVI.- De cuerpo presente-. 
     El “Lobo de mar” y su tripulación de cinco hombres y medio hacían la campaña de la langosta en las Islas Desventuradas, anclados al socaire de un gigantesco acantilado de cien metros en la Isla de San Ambrosio; venían como todos los años desde la isla de Robinson Crusoe a aquella inaccesible, inhóspita y desierta isla.
Cumplida la faena volvían con las bodegas llenas de grandes crustáceos, el alma cicatrizada por la soledad del paraje y los oídos sordos de escuchar sólo al viento, el bramar de la mar y el susurro de sus conciencias.


    Vuelvo en sí, pero como si no. De fuerzas, nada, sólo para balbucear. Apenas les digo mi nombre y el del infausto paquebote, y todo es una estampida de exclamaciones, opiniones de unos y otros pisándose las palabras a voces.
 Uniendo con hilo de paciencia trozos de conversación atropellada sé del inexplicable naufragio en los Bajíos del Portugués, del salvamento por pesqueros españoles y chilenos de todo el pasaje excepto un topógrafo siciliano desaparecido y el capitán del barco, que fue visto por última vez por su segundo camino del puente creyendo finalizada la evacuación. Ahí, yo siento dolor, claro.
 La Armada chilena estuvo buscando a los desaparecidos “Dead or alive” durante diez días sin la recompensa de encontrarlos. La prensa nacional primero y la local después informó del extraño accidente, de la actitud contradictoria del patrón; incluso glosó una maraña de relaciones directas e indirectas de la Naviera Marejada propiedad de un tipo peligroso, mandamás gringo, moteado Fat Dog, cuarto y mitad de empresario, un tercio de político, medio mecenas cultureta, es decir, un integro hijo de la gran puta hampón al decir de todos.



La naviera formaba parte de un grupo empresarial, “Rich & Cobre”, relacionado, con la naturalidad impostora que da la plata, con el poder político regional, el empresariado y los bajos fondos. Así asocio, eso sí mentalmente, por ser la fórmula más barata para las pocas fuerzas de que dispongo en cuenta, lo escuchado con lo compuesto por mí en el usufructo del famoso Método Alzhéimer de Investigación, sobre la nominada S.A.C. rebautizada ahora como Rich & Cobre. Ceno caliente y empiezo a sentir que tengo cuatro miembros, un ponente y un botones, contando los entumecidos remos, la palabra trémula y el pequeño dispensador multifunción tipo botón de la entrepierna.
 Pacífico y Auro deciden cómo proceder: dar cuenta por radio de mí a la Base Naval y Aérea de la Armada chilena en la vecina isla de San Félix, y mañana, acabada la jornada poner rumbo con el “Lobo de mar” hasta allá, distante unas 21 millas y dejarme algo más recuperado en ese partidero de milicos confinados.


 Cae la noche, reunidos como en una lección de anatomía, café o mate en mano, el ceviche en el buche, me preguntan una y otra vez por el lugar donde he estado. Les describo mi “archipiélago gulag trubado”, su entorno y algunas de mis vicisitudes durante más de 400 días. Se miran como quien no entiende. Descartan su casa, el archipiélago de Juan Fernández, el de Sala y Gómez, la Isla de Pascua, Chiloé, Guamblin, Guayaneco y las Islas Galápagos; en todas, incluso en los islotes, la Armada Chilena había buscado sin resultado.

Continuará

(Texto Nemo Ipse)


viernes, 21 de febrero de 2014

sábado, 15 de febrero de 2014

Cañotas


Podres cañotas furadas
fogar de vermes e alimañas,
lume da santa Compaña,
mal de ollo, negros meigallos





cheiro dos mortos, tronos e raios,
fuciño de sátiro e pé de coello,
ladrar de raposo, rabiño de martuxa,
oubeo de can, pregoeiro da morte




Paredes


Paredes que guardan historias del pasado

viernes, 14 de febrero de 2014

Un naufrago, un tío perdido y la mina del lápiz

XV.-Islas Desventuradas

 Jairo Aristizábal tiraba la penúltima nasa de madera de maqui a poniente, a diez metros una balsa desarbolada, amontonaba en su espalda garrafas, ropa, cuerdas, lonas, bultos, aperos propios de una tribulación alrededor de un sumidero; lentamente ajena e inerte se le acerca a la barca.



Grita -¡Auro, Auro, mira esto!
 El viejo iza la mirada llena de callos, sin gestos guía su bote hacia el de Jairo. Suena ronco el golpe primero, luego como si se conocieran, la barca de Auro y el flotante extraño se besan sin despegar sus labios.
 Se miran los pescadores de langosta. Silencio. Tiempo que parece espacio.
En el abordaje, el viejo como quien pisa un cementerio, mira, toca, con el respeto de un converso. Escombrera de una existencia. En el centro, una caseta de ramas, como de perro, bajareque sin barro impermeabilizado con plásticos. De rodillas, lento, acerca la cara a la boca del cubil. Pupilas dilatadas, gesto de yeso.
Un cuerpo de hombre envuelto en plástico con la cabeza al fondo siguiendo el balanceo de las olas, sin tensión, abandonado por su dueño. Después, al que creían un demacrado muerto, le salió un lamento.



A prisa, dando bandazos de borracho por el orujo de la mar salada, acarrean Auro y Jairo el osario con pellejo. Les parece que se le va a desmembrar el esqueleto al resucitado. Entre todos, acomodaron al inconsciente, náufrago por dos veces, en el camarote del capitán Pacífico York a bordo del “Lobo de mar”.



 Amaranto, el cocinero, hizo de Sor Socorro, desnudó y lavó con mimo hospitalario al maniquí; le vistió con su propia muda de los domingos, como se amortaja a un amigo. Finalmente le acunó en el catre espartano, y abriéndole los sajados labios le dio unos chupitos de caldo de gallina caliente. Entre puchero y cacerola giraba visita al yacente. –¡Ahorra para morirse, este inconsciente!-, murmuró.


Continuará

(Texto Nemo Ipse)






Día de San V..........


lunes, 10 de febrero de 2014

Escalera


...
igual
sigo de flaco,
igual de calavera,
igual que antes de loco
por cantar,
por cantar el blues
de lo que pasa en mi escalera.

(J. Sabina)

sábado, 8 de febrero de 2014

Ternero

Este campeón, marcado con el número 157 sueña con, algún día, ser un gran semental.


Pero puede que ese momento no llegue y acabe en una sala de despiece de algún matadero...


... y puede que uno de sus chuletones, entrecot, solomillo, mollejas, incluso los "callos"...


... acabe en el plato de........


Mientras tanto, ajeno a todo, el sigue "con el hocico sonrosado de tanto mamar"